ANIMATION

OTROS TEMAS

BUSCAR INTERESES

Search

¡Comenta y Comparte!

No olvides dejar tu comentario y compartir nuestras publicaciones en tus redes sociales. 

Shika no Tsunokiri, la antigua tradición de Nara

En la ciudad de Nara existe una tradición muy peculiar que se viene llevando a cabo desde el periodo Edo.

Facebook
Twitter
WhatsApp
Reddit
Telegram

En la ciudad de Nara existe una tradición muy peculiar que se viene llevando a cabo desde el periodo Edo. Se llama Shika no Tsunokiri (鹿の角切り), y se trata de un evento shintoísta en donde les cortan los cuernos a los ciervos salvajes, para preservar su seguridad, evitando que se lastimen entre ellos y previniendo accidentes con lugareños o turistas.

Desde la antigüedad en Nara siempre hubo cientos de ciervos andando libres por calles como hoy en día, y con el objetivo de preservar la seguridad de estos animales y a la vez cuidar a la gente de posibles accidentes, surgió hace más de 300 años esta tradición, que consiste en cortar los cuernos de los ciervos en un evento especial que tiene lugar cada año durante octubre en el parque de Nara.

Shika no Tsunokiri, la antigua tradición de Nara
Fotografía: Timo Volz

Ante todo hay que aclarar para la tranquilidad de todos que en este evento se intenta respetar al animal al máximo. Según los expertos, los cortes no le duelen, ya que para esa época los ciervos ya no tienen nervios en los cuernos.

También vale comentar que además luego de un tiempo les vuelven a crecer los cuernos sin problemas. Los ciervos de Nara están habituados a la gente y son prácticamente las mascotas de los sacerdotes.

El evento es de carácter religioso, y es por eso que participa un sacerdote shintoísta en conjunto con varias personas capacitadas para manejar a estos animales.

Shika no Tsunokiri, la antigua tradición de Nara
Fotografía: Marie Ysabel

Para esta tradición se eligen a los ciervos que tengan los cuernos más maravillosos, y los sueltan por el parque mientras los ayudantes del sacerdote intentan capturarlos. Naturalmente, los ciervos se enojan un poco al intentar ser capturados, por lo tanto estas personas intentan manejar todo con rapidez y sumo cuidado.

Una vez que capturan a uno, lo sostienen con fuerza entre varias personas, lo recuestan sobre una estera de bambú y le dan un poco de agua para relajarlo. Cuando el animal está tranquilo, el sacerdote procede a realizar el corte de los cuernos.

Finalmente sueltan con mucho cuidado al animal para que regrese a su vida libre. Los cuernos luego se usan como ofrendas para el santuario, y principalmente para hacer artesanías.

Déjanos tu comentario

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *